Estos textos estan tomados de la página www.valledeLiebana.info
HISTORIAS DE OSOS
Las historias de los pueblos y las hemerotecas están llenas de
historias de cazadores y osos. Como aquella osa que unos cazadores de
Potes mataron en 1902 en Peña Sagra cuya grasa pesó 3 arrobas, en un
tiempo, que venía de antiguo, en que se consideraba su poder curativo.
O aquel otro cazador de Cahecho, que mató a hachazos a un oso e hizo
huir a otro. O aquel muchacho que en los montes de La Vega, en 1920,
subido a una peña, arrojó piedras a una osa, a la que hizo huir, se
apoderó de su osezno, al que tapó la boca con un pañuelo, y lo llevó al
pueblo. Unas horas después se organiza una batida dirigida por el
muchacho, encontrando otros 2 oseznos, pero cuando se los llevaban,
apareció la osa que se lanzó tras ellos. Dispararon pero…, ¡pies para
qué os quiero!, y huyeron escapando entre la maleza.
En Los Santos de 1905 se exhibió la cabeza y la piel de un oso muerto
en Espinama el 31 de octubre, en Monteacebo, y que fue adquirido para
enviárselos al Rey. El mismo día se exhibió otra piel de una osa cazada
el día 1 en el monte Hoyo Tejera por el vecino de Buyezo Domingo Cires
habiendo salido además otros cuatro osos con dos "escañetus" , sin que
se hubiera dado principio a la montería, dirigiéndose uno de ellos en
vertiginosa carrera al ojeador Leonardo Viaña que sólo tuvo tiempo de
pretender subirse a un haya, siendo alcanzado por el animal, que se
"entretuvo" en descalzarle una albarca, con tanto esmero y cuidado, que
sólo le causó ligeras heridas en las piernas, arrojándole después de un
"cariñoso manotazo" por la pendiente del monte.
Hay otras historias más tristes de muertes de cazadores. O de
accidentes derivados de ello, como aquellos 4 cazadores que perecieron
congelados en una batida de osos en Bedoya a los que sorprendió el frío,
la niebla y la nieve en el Año Nuevo de 1920.

Historias hay muchas. Algunas traspasaron nuestras fronteras y seguro
que formaron parte de más de una tertulia de la época. Tertulias
reales.
En las visitas de Alfonso XII o Alfonso XIII a Liébana participaron
en cacerías de osos no solamente de rebecos. Por ejemplo, en la que
participó Alfonso XII en los montes de Bedoya el 21 de agosto de 1882.
Se habían visto 3 buenos ejemplares los días antes pero ese día no
lograron ninguno. Cacerías en que iba acompañado por nobles y
aristócratas nacionales e internacionales, como el príncipe de Mónaco.
La fama de tierra de osos era merecida y se reconoció, en forma de
Monumento al Oso. Fue obra de Jesús Otero realizada en piedra blanca en
el año 1972. Se encuentra situado en el collado de Llesba a 1609 m. de
altitud.
Más recientemente, en diciembre de 2008, dos osas y un osezno fueron
los involuntarios protagonistas de programas de televisión y páginas de
periódicos al merodear durante varios días por Caloca. El pueblo tuvo
fama durante un tiempo, y toda España reparó en la riqueza y estado de
conservación de los montes, bosques y montañas de Liébana que son
capaces de dar cabida y alimentar a los pocos osos que aún perviven.
(Ver
vídeo de antena3).
En la actualidad, Vicente y Elsa son los componentes de la patrulla
del oso de la Fundación Oso Pardo que, junto a la Guardería de Montes,
se ocupan de vigilar y seguir el rastro de estos visitantes de nuestros
bosques, otrora reyes de ellos. Así, han detectado el último parto, que
fue de dos osos, en la primavera de 2006 en el monte de Vega de Liébana.
Y también afirman que las osas con crías no hibernan en los últimos
años en Liébana, porque dicen, los inviernos son cada vez más suaves y
encuentran mucho alimento. Ellos han confirmado, como recogió
El Diario Montañés,
que este pasado otoño del 2010 ha sido en el que más avistamientos ha
habido desde 1995. Concretamente han localizado a tres osas con sus
crías, en total 5, y otros 8 machos. Sin embargo, el número de
plantígrados en la zona oriental no ha variado en la última década que
continúa siendo de unos 30.

La caza del oso fue prohibida de forma temporal en 1952 y de forma
definitiva en todas las Reservas Nacionales en 1967. Desde 1973, la
especie está protegida y su caza prohibida en todo el territorio
español. En 1995, el nuevo Código Penal estableció un castigo de hasta
dos años de cárcel por matar a un oso y lo tipificó como delito
ecológico. En la actualidad, matar a un oso puede ser penado con multas
de hasta 300.000 euros.
Medidas de Conservación como el Plan de Recuperación del Gobierno de
Cantabria, decreto de 1989, o la Estrategia para la Conservación del Oso
Pardo cantábrico desarrollado por la Comisión Nacional de Protección de
la Naturaleza, en octubre de 1999, han logrado mejorar su situación.
Las comunidades de Cantabria, Asturias, Castilla y León y Galicia
cuentan con planes de recuperación, con medidas contra el furtivismo, el
mantenimiento de los hábitats naturales, el aumento y mejora de
proyectos de investigación y de programas de sensibilización entre la
población, así como compensaciones a los sectores agrícolas o ganaderos
que viven en zonas oseras y el pago de daños producidos por estos
animales.
El pasado 25 de octubre de 2010, la Real Federación Española de Caza
(RFEC) y la Fundación Oso Pardo (FOP) firmaron un convenio de
colaboración para desarrollar actividades conjuntas dirigidas al
conocimiento, divulgación y la compatibilización de la caza y la
conservación del oso pardo, tanto en la Cordillera Cantábrica como en
Pirineos apadrinados por la Obra Social Caja Madrid y la Fundación
Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino
que ya coloboran con otras medidas. El 3 de enero de 2011, Medio
Ambiente anunció una inversión de 1,7 millones de euros en proyectos de
restauración del hábitat del oso pardo dentro del programa Red Natura.
El tiempo dirá. De momento los osos del siglo XXI gozan de protección, y los agricultores y ganaderos, también.