Después, me informe que no hace mucho, unos 50 años, estos carnavales se realizaban por todo el valle, moviendose de pueblo en pueblo andando disfrazados de osos, viejas, guardias civiles, zarramacos y del pobre oso siempre atado a su cadena, como símbolo del mal. Símbolo, paseado, golpeado y en muchos de los carnavales muerto, como representación del bien común que puede al mal
Al año siguiente me plante con un fotógrafo del Diario Montañes y llamamos a TVE en Cantabria, que acudió a gravar al último carnaval de la comarca. Para mi sorpresa, los vecinos poco a poco, decidieron recuperar este carnaval, apoyándose en amigos de los pueblos colindantes, bajando todos los años a correr por las calles de Potes.
El labarientu que poco a poco han ido formando los vecinos, ya agrupados en una asociación cultural, les ha permitido mejorar sus trajes y darse a conocer entre los vecinos de toda Cantabria y ahora entre otros pueblos de todo el norte donde se celebran fiestas similares.
Un oso navarro con cuernos y escoltado por 10 zamarrones, recorrió Liébana
Los vecinos y amigos de Piasca, cada año lo hacen mejor.
El abrazo del oso cántabro y el navarro fue cariñoso.
Desde Lugo vino este hombre cargando su preciso traje
Las mascaradas de Navarra acudieron a la cita con los zarramacos de Liébana
La semana que viene tenemos en el Valle de Polaciones otro carnaval de invierno espectacular y que merece la pena ir a visitar y disfrutar
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